Curar el ombligo y bañar al bebé.


Como todas sabéis, el primer baño del bebé no se realizará hasta que se le haya caído el cordón umbilical, lo cuál tardará entre 8 y 15 días.
Es muy importante curar correctamente el ombligo para que no haya problemas de infecciones. Sobre este tema oiréis varias maneras (alcohol, mercromina de la transparente...). Lo que nunca hay que aplicar es yodo, ya que puede provocar un bloqueo transitorio de las tiroides y afectar al desarrollo cerebral del bebé.

La OMS, por ejemplo, recomienda no aplicar ningún antiséptico y dejar que el cordón umbilical seque por sí mismo hasta que caiga. En este caso, la cantidad de bacterias aumenta pero, según señalan, no incide en el riesgo de infección. Aquí cada mami elige.


A mí en el hospital me recomendaron curarlo con unas gotitas de alcohol de 70ºC y una gasita, dos veces diarias, y a los 10 días se le cayó. Después de la caída viene la parte más importante: a los tres días normalmente la herida ya está cicatrizada, pero hay que ir limpiando bien, y sobre todo, sin miedo, con una gasita empapada de alcohol, para que la costra no se quede en el interior del ombligo. No tengáis miedo de sacar el ombligo un poco hacia afuera si hace falta, para que no pueda surgir infección.

¿Cómo saber si hay infección?

  • Si la zona de alrededor del cordón se vuelve rojiza.
  • Si le duele al palparlo.
  • Mal olor del cordón
  • Secreción de un líquido purulento.
Si no hay signos de infección, pero pasan más de tres semanas y no se ha desprendido, debéis acudir al pediatra para que lo valore.

Hasta que se desprendió el cordón umbilical, yo la aseaba con una esponjita y agua muy calentita en un bol, con una gotita de gel. Esto también lo hacía cuando le cambiaba el pañal, para evitar usar toallitas, y le secaba muy bien la zona con una toalla, en especial los pliegues. Pero también podéis llenar un poquito la bañera, y sin sumergir al bebé, para que no se moje el ombligo, ir lavándole poco a poco. Recordad asear los genitales en último lugar.

¿Cómo bañar al bebé una vez se le cae la pinza?

Preparación:

  • La habitación debe estar a unos 23ºC aproximadamente, y sin corrientes de aire.
  • Tener todo lo que necesitemos a nuestro alcance, porque una vez que sumerjamos al bebé solo tendremos una mano para maniobrar: esponja, jabón, toalla, cepillo, pañal, crema hidratante, ropa.
  • Preparar el agua a unos 34-37ºC. Suelen decir que se comprueba muy bien con el codo o la parte interna de la muñeca. Yo jamás he sido capaz. Siempre usaba el termómetro de agua para asegurarme, y siempre la ponía a 37 ºC porque era invierno.
  • Los primeros días, no es necesario poner gel de baño. Podemos bañar al bebé únicamente con agua, unas dos veces semanales.
  • La esponja es mejor que sea natural y especial para bebés. También podéis hacerlo directamente con vuestra mano, sin esponja.
  • No llenar la bañera más de 4-5 dedos.
  • La bañera más práctica, a mi parecer, es la que os quede a la altura de la cintura, que podáis bañar al bebé sin agachar los riñones y con movilidad para estar cómodas y alcanzar todo. Yo desde el principio usé la bañera-cambiador con patas.

Pasos a realizar:
  • Se ha de sujetar firmemente al bebé, pero con delicadeza. La mejor postura para los recién nacidos es sujetarles de la axila y el hombro, apoyando su cabeza en el antebrazo. Así nos queda libre una mano y el bebé está un poco incorporado. Al principio a mí me costó bastante, sobre todo porque mi ratilla medía solo 44 cm, pero enseguida coges maña y eres capaz de bañarla, secarla y vestirla tú sola en un plisplás.



  • Debemos empezar lavando la cabeza y terminar, como ya he dicho, por los genitales. Los ojos, la nariz, los oídos y el ombligo es mejor no tocarlos y dedicarles unos minutos después del baño, limpiándolos suavemente con una gasa empapada en suero fisiológico. Nunca introduzcáis bastoncillos en el oído del bebé, ni siquiera de seguridad. Para aclarar al bebé, yo usaba una jarrita de plástico. 
  • A muchos bebés les incomoda mucho el momento del baño. Podéis cantarle o hablarle mientras realizáis la limpieza. Yo me inventaba canciones y le decía las partes del cuerpo que le iba limpiando mientras cantaba. Pero he tenido la suerte de que le ha gustado el baño desde la primera vez que la metí en su bañera. 
  • Una vez acabe el baño, le envolvéis bien con su capa de baño y lo apoyáis en el cambiador. Tenéis que secarle cada zona del cuerpo, de arriba a abajo, insistiendo en los pliegues, para que no quede nada húmedo. Nunca frotéis, hay que secarle con toquecitos suaves de toalla. Yo le ponía un gorrito de algodón las primeras semanas mientras le secaba y le vestía, para que no se enfriara.
  • Una vez seco, es un buen momento para comprobar que todo está en orden: que no tenga erupciones, ni zonas irritadas etc.
  • Le ponemos su ropita, ¡y a cenar!


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