¿Cómo saber si el bebé tiene frío o calor?


Cuando nacen, los bebés tienen cierta dificultad para mantener la temperatura corporal adecuada. Es por ello que enseguida le ponen el gorrito; así evitaremos que pierda el poco calor corporal que haya obtenido en el "piel con piel". Pero no es necesario mantenerle con el gorrito una vez salgáis del hospital, puesto que la pérdida de calor se produce en el momento del nacer (debemos tener en cuenta que los pobrecitos nacen desnudos y mojados, y pasan de 36 ºC del vientre materno a 24ºC del paritorio, y pierden mucho calor por la cabeza, puesto que el tamaño es muy grande en comparación con el resto del cuerpo).

Por norma general, los recién nacidos necesitan una capa más de ropa que los adultos. Las primeras semanas, no os fiéis de su temperatura tocándoles las manos o los pies, puesto que la circulación está cogiendo estabilidad y casi siempre los tendrán fríos. Es más fiable que le toquéis el cuello o la espalda, incluso la punta de la nariz. También es útil comprobar en la zona del cuello y del cabello que no esté sudando, ni tenga las mejillas rojas.

No obstante, si véis que el pequeño duerme tranquilamente y se alimenta bien, está calmado y no se irrita, la temperatura es la correcta para él.

Si es invierno y le ponéis demasiada ropa, le saldrá "sarpullido por calor". Esto se debe a que el bebé sudará para bajar su temperatura corporal, y si los poros se obstruyen, salen los típicos granitos rojos. Si esto sucede, lo mejor es que se vayan por sí solos, pero podéis ayudarle con una crema hidratante, como la que os recomendé en facebook de LetiAT4, para pieles atópicas.

Lo más importante es que el recién nacido no experimente cambios bruscos de temperatura, así que habrá que tener especial cuidado a la hora del baño o cuando le cambiemos el pañal.


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