¿Cómo reducir el riesgo de padecer cáncer? Alimentación saludable y preguntas frecuentes

El aceite de oliva en España estaría en la base de la pirámide
Cuando te diagnostican cáncer te pones las pilas como nunca en el tema de alimentación. Te vuelves loca buscando, te llega información de tantas partes y tan variada que acabas agobiándote, mucho. Pero te voy a dar un consejo muy valioso: no esperemos a tener cáncer para cuidar nuestra alimentación.
La dieta mediterránea ha sido siempre mi alimentación y la de mi familia. Cuando una persona "sana" te oye decir esto, alucina. ¿Cómo puede ser que alguien que se cuida, o incluso una persona vegetariana tenga cáncer? Esto ya lo hablaremos en otro momento, pero cabe decir que el cáncer es multifactorial. De nada sirve llevar una dieta estricta si no controlas tus emociones o si llevas una vida sedentaria. Es un tema muy amplio del que podría escribir páginas y páginas. Ya llegará el momento. Ahora, vamos a centrarnos en esto: dieta mediterránea.

No hace falta ser un paciente oncológico para haber oído hablar de la famosa doctora Odile Fernández (aunque es un referente en cualquier persona que sufra esta enfermedad). 
En el año 2010, con solo 32 años (cuatro más que yo en el momento de mi diagnóstico) le diagnostican un cáncer de ovario con múltiples metástasis (estadio IV). Le explican claramente la gravedad de su diagnóstico, y asume que se va a morir. Hasta que una mañana, abrió los ojos y se convenció a sí misma de que la enfermedad no se la iba a llevar. Tenía que luchar por su hijo y su marido. Y así fue. Comenzó quimioterapia y multitud de terapias complementarias para ayudar a su curación. Y lo logró. Han pasado seis años, sigue limpia, y fue madre dos veces más (se negó a quitarse los ovarios). Además, nos ha dejado tres libros sobre alimentación anticáncer y en su blog podéis encontrar información y recetas. 
odile, anticáncer
Odile Fernández
Basándome en toda la información que recopilé de sus libros y su blog, y de otras páginas web que iba encontrando navegando por la red, fui creando mi propio tipo de alimentación. Pienso que es algo muy personal, porque es algo en lo que tienes que creer. De nada sirve tomarte cada día doce pastillas de complementos si tu cabeza te dice que no te van a ayudar a curarte. Por eso, cada uno tiene que hacer un estudio personal, "hablar con su yo interior" y decirse a sí mismo: ¿qué es lo que me va a ayudar a curarme? ¿qué es lo que me va a ayudar a no ponerme enfermo? Y una vez que se tenga claro, ponerse a ello. 

La dieta española es la mediterránea pero no la incorporamos en nuestra vida diaria
Suena a chiste, pero es así. Productos procesados, azúcares, fritos y tempuras, alimentos sometidos a altas temperaturas, carnes rojas y grasas a diario, sal a montones... ¿Te suena? ¿Lo consumes? Pues es hora de eliminarlo.

Punto uno: cambiemos la manera de cocinar
Lo primero que os voy a decir no os va a gustar nada, pero allá voy... Las ollas a presión es mejor dejarlas de exposición. Las temperaturas tan altas destruyen los nutrientes de los alimentos. Por lo tanto, nos llenaremos la barriguita pero no absorberemos los nutrientes que necesitamos para que nuestro organismo esté sano. 
También hay que huir de las frituras, por la misma razón, y por el abuso de grasa. Nunca utilices aceite de girasol para cocinar. Si miro en tu despensa, solo tengo que encontrar aceite de oliva virgen extra, y si te gusta, aceite de coco. Ambos soportan altas temperaturas, aunque la mejor opción del aceite de oliva es consumirlo en crudo para que no libere sustancias tóxicas. 
La mejor opción será siempre cocinar al vapor, hervido o guisado (verduras, pescados) y si usamos el horno, siempre a menos de 180ºC

Punto dos: alimentos a evitar o consumir muy esporádicamente
·Azúcar. La OMS recomienda no sobrepasar los 25 gramos diarios (6 azucarillos). Hay mucha gente que dice "ah, sin problema, yo no le pongo azúcar a nada". Claro, esto es lo fácil. Yo tampoco. Pero, si te detienes un poco con las etiquetas de TODO lo que consumimos, será difícil encontrar algo que no lleve. Por eso no solo hay que basarse en no "añadir" azúcar, sino en leer los ingredientes de lo que compramos. 
Si lo que queremos es endulzar (bebidas calientes, repostería casera etc) te recomiendo usar: panela, mascobado, de coco, de abedul (xilitol) o sirope de agave no refinado (sin abusar, porque no me convence mucho, la verdad), dátiles, plátano maduro, orejones. Por supuesto, nada de sacarinas ni edulcorantes de supermercado (incluso lo que se vende como estevia, no lo es, y ahora la han prohibido en España...)
·Alimentos procesados: todo lo que esté manipulado, que lleve colorantes y conservantes para alargar su fecha de caducidad,  todo lo precocinado, snacks y aperitivos etc. Tienen muchísima sal y mucha grasa "mala".
·Bebidas azucaradas: no solo moderar su consumo, sino que habría que eliminarlos por completo de la dieta. No importa que sean "light", "zero"... Contienen aspartamo, que es incluso peor que el azúcar.
·Repostería y bollería industrial:harinas blancas refinadas, grasa de palma y muchísimo azúcar. Lo mejor es hacerlo casero.
·Pasta blanca: el pan, el arroz, la pasta... Se elaboran con harina blanca refinada, la cual tiene poco valor nutricional y también es inflamatoria. Además, lo más contraproducente es que aumentan el nivel de glucosa en sangre (los famosos "picos" en sangre").
·Lácteos: son inflamatorios, y el mayor problema que existe actualmente es que la leche y derivados poseen medicamentos y hormonas, por eso se desaconsejan. Son mejor los de cabra o, si os gustan de vaca, tomar ecológico, con el consecuente gasto económico. 
El queso curado tiene mucha grasa, optaremos por queso fresco o requesón y no mucha cantidad.
·Aceite y grasa de palma: no proporciona aporte nutricional a nuestro organismo, y son grasas "trans" que propician el aumento de colesterol "malo" y los triglicéridos. Además, actualmente están estudiando cómo se comporta este tipo de grasa en el avance de las metástasis en pacientes oncológicos.
·Huevos: por supuesto que hay que comer huevos (si no eres vegano) pero siempre tienen que ser ecológicos (que tengan un 0 delante del código) o como mucho que tengan un 1 delante. Los del súper tienen un 3, evitadlos.
·Carne roja y embutidos: la carne roja solo partes magras, una vez por semana y no muy cocinada, para que no libere tóxicos. Los embutidos son procesados y deberían eliminarse (incluso el jamón cocido de toda la vida).
·Glutamato sódico: pasa muy desapercibido, pero es muy fácil encontrarlo en el etiquetado. Es un aditivo químico que mejora es sabor de los alimentos procesados. Puedes encontrarlo incluso en los congelados, así que mucho ojo, y fuera procesados. 
·Alcohol: los últimos estudios en nutrición aconsejan evitarlo por completo. Pero si estamos en una celebración muy importante, podemos tomar una copa de vino tinto (el resto de bebidas alcohólicas se desaconsejan por completo, incluso la cerveza)

Punto tres: ¿qué comer?
Os explico la dieta que yo llevo (aunque ahora soy menos estricta que con la quimio y me doy algún capricho) y os dejo también la página de dieta mediterránea, para posibles consultas:
https://dietamediterranea.com/
·Frutas y verduras: cinco raciones diarias, de las cuales al menos dos deberían de ser en crudo. Frescas, de temporada y de proximidad. Son de vital importancia las crucíferas (col, coles de Bruselas, brócoli, coliflor), y deberían de estar presentes a diario en nuestra mesa. Vegetales de hoja verde, tomate cocinado (para que libere licopeno, un gran antioxidante), cebolla roja, ajo. Como frutas: manzana roja, frutos rojos, piña, papaya, melocotones, albaricoques, ciruelas, sandía...
El aguacate es una gran fuente de omega 3 y más de 20 vitaminas y minerales. Tendremos que controlar un poquito el consumo aunque sea grasa saludable (tiene muchas calorías)
·Cereales: es una pena que, existiendo cientos de tipos de cereales nos quedemos únicamente con el arroz, y además, blanco, que contiene arsénico. Si no te gusta el arroz integral, porque se queda muy duro, intenta comprar arroz blanco de nuestro país, y bien lo pones a remojo para que pierda el arsénico durante la noche, o lo lavas muy bien, le das un hervor, tiras el agua y ya lo cocinas. No obstante, no evitas el pico de azúcar en sangre que comentábamos. Para que el arroz integral quede menos "tieso", es recomendable ponerlo a remojo unas 12 horas antes de prepararlo.
Cereales que podemos incluir en nuestra dieta: quinoa, mijo, avena, trigo sarraceno, bulgur, espelta, amaranto, teff, cebada... 
·Especias y hierbas aromáticas: lo ideal sería evitar o disminuir el consumo de sal y sustituirla por especias (especialmente la cúrcuma junto con la pimienta negra, el clavo, cayena, jengibre, canela de ceylán...) y por hierbas aromáticas (si son frescas, mejor: tomillo, romero, perejil, cilantro...) Según los nutricionistas, deberíamos de tomar sal yodada. Personalmente, uso sal rosa del Himalaya, porque consumo algas semanalmente y ya llevan yodo.
·Algas: los nutricionistas no se decantan mucho por el consumo de este producto, ya que tiene elevados niveles de yodo y mucha sal. Pero tienen tantas propiedades que no puedo pasarlas por alto. Yo las consumo unas dos o tres veces por semana: wakame, dulse y kombu (especialmente en caldos y legumbres) y agar agar para ensaladas o gelatinas. Recuerda que si tienes problemas de tiroides no debes añadirlas a tu dieta.
·Legumbres: es muy importante tomarlas dos o tres veces a la semana. Garbanzos, lentejas, judía azuki, judía blanca o roja... Son muy versátiles, ya que pueden usarse en cremas, cocidos, ensaladas, sopas...
·Hongos y setas: especialmente las setas shiitake, maitake y champiñón sol. Son buenas en beta glucanos, que estimulan el sistema inmune para luchar contra las enfermedades.
·Frutos secos: tienen que ser crudos, no se recomiendan los tostados puesto que se cocinan a altas temperaturas y tienen mucha sal, ni abusar de ellos porque son muy calóricos. Nueces (tres diarias), pistachos, avellanas, anacardos, pasas, pipas de calabaza y de girasol...
·Carne blanca magra: personalmente, no consumo carne casi nunca porque no me gusta su sabor y no me acaba de sentar muy bien. Deberíamos de tomar solo carne blanca (conejo, pollo y pavo) y su parte más magra (con menos grasa) y la carne roja dejarla para momentos puntuales o limitarla a una vez semanal como máximo. El jamón ibérico, por muy bueno y caro que sea, es procesado y contiene mucha sal, así que también haremos consumo moderado.
·Pescado: evitar los de tamaño grande, por la presencia de mercurio (atún, pez espada, emperador, caballa) y la panga, por sus altos niveles de contaminación. Debemos elegir pescado de tamaño pequeño o mediano, especialmente el azul, y, en la medida de lo posible, que sea capturado y no de piscifactoría, para evitar medicamentos y hormonas. Consumiremos boquerones, anchoas, sardinas, bacalao, salmón, merluza, salmonete, trucha, rodaballo...
·Semillas: son las grandes olvidadas, pero las que mayores aportes de nutrientes proporcionan. Lo ideal es comprarlas "frescas" (sin tostar) y ponerlas siempre a remojo antes de utilizarlas, o triturarlas, así las "activaremos" y podremos asimilar sus nutrientes. Consumiremos: ajonjolí (sésamo), semillas de amapola, semillas de lino (las pacientes de cáncer hormonal pueden tomar una cucharada al día), chía (muy importante ponerla a remojo para que suelte su gelatina).
·Pasta y harinas integrales: pan de kamut o de espelta, harina de garbanzo, de maíz, de centeno, de almendra...
·Sustitutos de la leche de animal: bebida de almendra, de avellana, de alpiste, de quinoa...
·No deben faltar: el té verde (lo podemos tomar con canela y trocitos de manzana, o con cúrcuma, pimienta negra y una gotita de aceite de oliva virgen extra); el chocolate negro (tiene que tener mínimo 85% de cacao y sin azúcar, o con endulzantes de los que os he comentado arriba); levadura de cerveza (se puede usar para espesar nuestros guisos, para sustituir la levadura química...); vinagre de manzana, cacao en polvo (sin azúcar añadido).

¿Y la soja?
Si has sido o eres paciente de cáncer de mama, sabrás que hay muchísimo debate con el consumo de soja. Hablé con una nutricionista y me dijo que en los últimos estudios no se desaconseja tomar soja a las pacientes de cáncer de mama hormonal, puesto que, para tener contraindicaciones, tendrían que tomar como dos litros de bebida de soja al día, por ejemplo. 
Por lo que he ido aprendiendo de lo que he leído, el problema de la soja es que es transgénica, como el maíz (están manipulados genéticamente y en nuestro organismo pueden producir nuevas alergias e incluso resistencia a algunos antibióticos). Lo mejor es comprar ecológica y moderar su consumo, pero no hay que evitarlo. Lo que no es aconsejable es tomar complementos de soja, porque la concentración es muy alta en un solo comprimido. 

¿Cómo sustituir las proteínas de origen animal? 
 Lo más habitual si no eres vegano, es que con la dieta que te he explicado no tengas déficit de proteína en el cuerpo, ya que, por mucho que se diga, todo alimento de origen vegetal tiene más nutrientes que uno de origen animal, incluso más que la leche de vaca en el caso del calcio (brócoli etc). Los huevos son un gran aliado en nuestra dieta mediterránea si comemos poca carne (5-6 semanales), así como las legumbres, las semillas, los cereales, las algas y especialmente los frutos secos.La soja también es un buen aporte de proteína (en vaina, en miso, tempeh, tofu, seitán...)

¿Y los alimentos ecológicos? 
Según los últimos estudios, los nutricionistas comentan que la compra de alimentos "eco" encarece muchísimo la cesta de compra y no siempre son todo lo saludables que dicen ser. Por ejemplo, si el huerto de verduras está cercano a una fábrica o en un ambiente contaminado, evitaremos pesticidas pero consumiremos tóxicos. Es un tema controvertido en el que cada uno tiene que tomar su propia decisión.
Personalmente, elijo productos ecológicos cuando su versión "no ecológica" tiene azúcar blanco, o maíz, arroz y soja transgénica. O frutas y verduras que consumo crudas con piel (aunque cuando puedo, las compro de proximidad, a los agricultores de la zona). También como ternera ecológica una vez por semana, ya que está libre de todo. El resto, lo compro todo normal. 

Creo que, aunque me he extendido bastante, ha quedado bastante bien explicada la dieta mediterránea completa que toda persona, sana o enferma, debería tomar como habitual en su día a día. Si tenéis preguntas no dudéis en escribirme un comentario y os responderé encantada. Recordad que hay muchísimas visiones y opiniones sobre este tema, y no hay una única válida, así que si no estás de acuerdo, puedes exponerlo también. Gracias a todos.
 
  

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